Daniel Prieto
Castillo, un reconocido autor de la comunicación con aportes hacia una mejor
educación apunta lo siguiente: “Es muy difícil aprender de alguien con quien
poco me comunico, mal me comunico o no me comunico”.
Se dice
comúnmente que cada mente es un mundo, desde mi punto de vista, cada mente es
una estrella, porque todos tenemos brillantez en nuestros pensamientos, mismos
que al hacerlos práctica nos convierte en un ser humano potencialmente capaz de
comunicar y hacer práctica lo aprendido o leído.
Ahora
bien, “poco me comunico”, es decir hablo solo lo necesario, en el momento oportuno
y con un grupo selecto, es cierto que más vale parecer un tonto con la boca
cerrada, que abrirla y disipar toda duda, pero es elementalmente necesario
comunicarse con todo aquel ser humano que nos rodea.
“Mal
me comunico” a veces nuestra lengua vuela más rápida que nuestra mente y hablamos
primero para pensar después. Uno de los problemas que todo ser humano propicia
en cualquier comunicación es hablar sin pensar, cuando reflexionamos, nos damos
cuenta de lo mal que expresamos nuestro pensamiento, insultamos, ofendemos o
simplemente dijimos algo incorrecto, no hubo orden lógico o secuencia en
nuestra oración. Lo mejor es pensar antes que hablar, para luego actuar.
“No
me comunico”. El ser humano que es catalogado como antisocial, no es solamente
aquel que no quiere hablar, porque al final si comunica algo, el de no querer
relacionarse con los demás. Sin embargo, cuantos de nosotros creamos barreras
imaginarias para entorpecer la comunicación.